ASTEYA (no robar): ¿cómo se aplica este tercer principio?
NO ROBAR o ASTEYA en Sánscrito (la A antes de una palabra en sánscrito es NO) implica una gran gama de nos y no tiene limitaciones pues no se refiere solamente al robo de bienes materiales, esta debe ampliarse a distintos planos de nuestras vidas.
En lo físico cuando nos privamos de prácticas de asanas que favorecen nuestro cuerpo y mente o cuando practicamos en el mat con posturas no adecuadas y que pueden crear una lesión estamos robando esa energía a nosotros mismos ya que al hacer algo que no es de nuestro agrado ocasionamos un drenaje de energía que nos deja cansados o desilusionados.
Socialmente cuando aceptamos compromisos de más nos quitamos tiempo y paz mental pues es imposible cumplir con cada evento, también al participar de actividades que no nos interesan solo para “satisfacer” a otros sin prestarle la atención que merecen es un robo de tiempo hacia esas personas y hacia nosotros mismos.
Así vemos que el término ASTEYA va más allá de quitarle a alguien un objeto físico, es buscar gratificación adquiriendo objetos/cosas/bienes innecesarios, porque generalmente asumimos que ese bien nos va a llenar el vacío o necesidad que creemos tener, sin embargo, de acuerdo a las enseñanzas del yoga nuestro ser interior es más que suficiente, que nuestra riqueza está por dentro. Este principio nos promueve empezar a analizar nuestra relación con los objetos materiales, aprender a minimizar nuestro consumismo para aprender a vivir con lo esencial, notar que me hace caer en esa “tentación” de ir a comprar/ adquirir algo sin ver ni analizar lo que quiero vrs lo que necesito.
Debemos dejar de ver la parte obvia de no robar para entender que en el día a día estamos robándole al planeta Tierra al no resguardar de manera adecuada los recursos naturales, al no reciclar, reusar y reducir el desperdicio de materiales contaminantes, somos consumistas de la Tierra sin consideración o darle algo a cambio, equilibrando nuestra huella de carbono neutro o realizando alguna actividad que cuide y guarde los recursos naturales, como bien dice Mahatma Gandhi: “La Tierra provee lo suficiente para cubrir las necesidades de todos los seres humanos, pero no la avaricia de cada uno de ell@s”.
Otro punto importante de ASTEYA en nuestro día a día es cuando “nos robamos” la alegría de vivir en el momento presente, cuando no vivimos en el aquí, en el ahora. También le robamos paz a nuestro ser interior cuando no expresamos lo que sentimos, no le prestamos la atención a lo que necesitamos espiritual o emocionalmente o no suplimos al cuerpo de los alimentos que son adecuados. Todo esto nos deja un vacío, exhaustos, creyendo que no somos o tenemos suficiente y ahí es cuando caemos en malos hábitos y suplimos ese espacio con objetos que no necesitamos.
Cabe mencionar que este principio ASTEYA está también relacionado con la “apropiación cultural”, ya que muchas veces utilizamos símbolos o prácticas que no son propias de mi cultura y las hago pasar como mías, sin respeto o dando el reconocimiento y crédito correspondiente a la fuente o a quienes nos transmitieron esas enseñanzas.
Debemos reflexionar de qué manera puedo lograr un balance entre lo que doy y lo que recibo a la Tierra, a nuestros seres queridos, a mi persona para dar de mí a mis seres queridos, amig@s y personas con quienes nos encontramos en el camino de la vida y al mismo tiempo, de cuidarme a mi misma dándole la atención que merece mi cuerpo, mente y espíritu para crear abundancia y prosperidad en mi vida y para esto es importante reconocer y agradecer la vida como es ahora y saber que tengo muchísimo más de lo que necesito si tan solo aprecio el amanecer con salud cada día, saber que tengo un techo sobre la cabeza, una familia que me ama y alimentos en la mesa.