YOGA: una filosofía de vida
La palabra yoga viene de “YUJ” en sánscrito y significa enlazar, unir. Esta busca la unión del cuerpo, la mente y el espíritu. Patañjali (considerado el padre del yoga moderno), en los Yoga Sutras, 196 frases breves que expresan un principio de manera concisa y coherente que se entrelazan entre si, crea un mapa de como debemos navegar y enfrentar la vida con todas las circunstancias que nos tocan vivir, esto incluye lecciones de cómo lidiar con las emociones sean positivas o negativas y así aprender de las mismas para vivir una vida plena y satisfactoria. En los Yoga Sutras, Patañjali inicia diciendo: “Aquí comienza la enseñanza del yoga” e indica que todos estos lineamientos nos preparan para vivir una vida mejor y lograr una mente estable en un cuerpo sano.
Es la filosofía de vida que busca el crecimiento espiritual del practicante, quien a través de posturas, distintas técnicas de respiración, purificación del cuerpo y meditación, además de seguir un código de ética logra alcanzar dicho objetivo. Cada vez que ponemos un pie en el mat, trabajamos el cuerpo, la respiración y la mente para ir conociéndonos a nosotros mismos y comprendemos que podemos ir más allá con nuestra cuerpo, aprendiendo acerca de nuestra mente y descubriendo las herramientas que necesitamos para sobrepasar las dificultades, apreciando el regalo de la vida y disfrutando del presente.
Debemos entender que el yoga no es una religión, es una disciplina que se adapta a la experiencia de cada persona, sus circunstancias y creencias, trazando lineamientos generales para vivir una vida de valores morales y éticos como los 10 principios mencionados en los Yamas y los Niyamas. No podemos negar la influencia del Hinduismo y el Budismo sobre el yoga pues estas son las religiones predominantes en la India de donde viene esta filosofía, de ahí que los nombres de ciertas posturas, ciertos mantras o mudras tengan el nombre de Dioses del Hinduismo o del Budismo.
La diferencia del yoga con otras prácticas como pilates o barra es que esta no solo busca el desarrollo físico y de la flexibilidad, sino que es un proceso de entendimiento y auto-descubrimiento de tu cuerpo, tu mente y tu espíritu, enseña cómo escucharnos a nosotros mismo y practicar de acuerdo a eso. Se trata de un proceso de aprendizaje que va más allá buscando que el practicante comprenda su mente al prestarse atención en sí mismo. Promueve el aceptarse, el trabajo con paciencia y de manera persistente, el entender que una lesión debe tratarse con compasión hacia nosotros mismos y a enfrentar todo lo que está en nuestra alma con lo bueno y lo no tan bueno, para empezar desde ahí a sanar, avanzando poco a poco hasta integrar todo nuestro ser.
Independientemente de la rama del yoga que uno practica, todos buscamos ese equilibrio, ese balance del cuerpo y la mente, además de la liberación del espíritu, liberación al miedo de fallar, del miedo al dolor y del miedo al cambio … en fin buscamos mecanismos para lidiar con la ansiedad con la que se vive en la sociedad actual y aprender a controlar la mente, las emociones y cómo enfrentarnos a estas.