¿Por qué Yoga?

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Lo practico, creo en esta práctica y deseo compartir mi experiencia y conocimiento con ustedes.

Cualquier día podemos en un segundo sentir como todo cambia, lo normal deja de existir y nos toca enfrentar el miedo a morir o no regresar a lo que siempre consideramos nuestra realidad.

Ese día de mi vida, tiempo atrás y con 32 años, cuando llevaba mis días llena de esperanzas y cubierta de bendiciones vi como mi vida desaparecía. En esos instantes mi cuerpo, mi mente y mi corazón luchaban por regresar pues era consciente de las tres personas amadas que esperaban por su esposa y su mamá.

En esos momentos mi fe me acompañó, entregué mi cuerpo a los doctores y al grupo de salud que ayudaba para que yo pudiese estabilizarme y en mi mente tomé la decisión de regresar, de no dejarme vencer por lo que estaba atravesando. Mi familia y amig@s verdaderos  empujaron mi recuperación y pude de nuevo abrazar a mis hijas, mantener tranquila una conversación con mi esposo, escuchar música, caminar y leer, aún cuando los tratamientos no permitían que me sintiese de nuevo “yo” (me costó mucho entender que ese día marcó un antes y un después en mi existencia pues continuaba atada a un yo que había desaparecido) aún hoy lucho para que los medicamentos que permiten que mi vida transcurra con menor peligro a repetir ese episodio no ganen la batalla contra mi cuerpo.  

Llevaba tiempo de hacer yoga y aunque creía haber avanzado, aprendido y comprendido lo que significaba ser una yogini, no fue hasta hace unos años y en mi nuevo regreso al mat (al momento que mi condición lo permitió…”10 días después”!!!) cuando con gran esfuerzo me inicié en un tipo de rutina física donde lograba superar posturas, desarrollando un mayor conocimiento de mi cuerpo y de la filosofía que dio  inicio a la disciplina cuyas bases fortalecían mi mente y al mismo tiempo que entendía como mi corazón aprendía a reaccionar de manera positiva no solo para lo que eran mis necesidades sino con verdadero interés y respeto por la vida de los que me rodeaban. Ahí precisa y realmente logré integrar e iniciar el aprendizaje hacia mi plenitud como la mujer que aún con cambios profundos en su mente, en su corazón y con algunas limitaciones físicas encontró el camino para abrazar la vida con ilusiones, amor y esperanzas, fortalecida en la certeza de que aquello no fue una pérdida de vida anterior sino el comienzo de una nueva y maravillosa existencia pues esa isquemia cerebral con parálisis de medio cuerpo NO GANÓ pues con fe, amor y a través del yoga hoy soy una nueva "yo" y aquella que quedó atrás regresa y me entrega con amor, ternura y respeto su pasado para que esta nueva  “Ale” pueda continuar cada mañana con alegría y agradecimiento, integrando cada una de las piezas de esta historia y con un inmenso deseo de respirar y absorber cada momento en el que vivo.

Por eso en mis clases trato de que mi “currículum de vida” sirva de guía para aquellos que decidan romper barreras físicas y mentales a través de la práctica y el estudio del yoga y que los conocimientos y esfuerzos en el mat se incorporen a su diario vivir permitiendo que los cambios adquiridos y aprendidos nos conviertan en mejores seres humanos.

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